Acné

El acné es una enfermedad inflamatoria crónica de la unidad pilosebácea que puede manifestarse en diferentes etapas de la vida, no solo en la adolescencia. Afecta la calidad de vida de quienes lo padecen, no solo por su impacto estético, sino también por las implicaciones emocionales y sociales que puede generar.

Como dermatóloga, considero esencial brindar un enfoque integral, individualizado y basado en la evidencia para cada caso. No existen soluciones universales: detrás de cada brote hay una piel, una historia, y múltiples factores involucrados 

El acné tiene un origen multifactorial. Entre las causas más frecuentes encontramos:

• Hiperproducción de sebo  
• Retención queratínica (obstrucción folicular)  
• Proliferación bacteriana (Cutibacterium acnes)  
• Inflamación local  
• Factores hormonales, genéticos y ambientales  

Además, el estrés, ciertos cosméticos, la dieta o la manipulación constante de las lesiones pueden agravar el cuadro.

Cada vez es más frecuente la consulta por acné persistente o de aparición tardía en mujeres adultas, especialmente en el tercio inferior del rostro (zona mandibular y cuello). En estos casos, el manejo suele requerir una visión más amplia que incluya factores hormonales, estilo de vida, barrera cutánea y salud intestinal. 

 El tratamiento debe adaptarse a las características del paciente, tipo de acné, severidad, tolerancia cutánea y objetivos terapéuticos. Algunas de las herramientas disponibles incluyen:

• Rutina dermocosmética adaptada  
• Antibióticos tópicos y/o orales  
• Retinoides tópicos o sistémicos (incluyendo isotretinoína en casos indicados)  
• Peelings químicos
• Láseres con acción antiinflamatoria o regenerativa  
• Tratamientos para secuelas (manchas postinflamatorias y/o cicatrices atróficas)  

En consulta, explico con detalle cada opción terapéutica, resolvemos dudas y consensuamos un plan progresivo, realista y seguro.

Es frecuente llegar a la consulta tras haber probado múltiples productos sin resultados o con empeoramiento. El acné no debe banalizarse ni tratarse de forma empírica. Iniciar un tratamiento médico temprano evita complicaciones, secuelas y cicatrices. 

Muchos pacientes se desaniman tras no ver mejoría rápida de su acné y aquí es muy importante a considerar que cada tratamiento requiere su tiempo, la constancia es la clave. y saber que cada paciente es un mundo, no todos los pacientes responden igual, a día de hoy tenemos varias alternativas para individualizar el tratamiento y que se adapta a cada paciente para obtener los mejores resultados.